Situado en lo que solía ser una plantación de caña de azúcar, el cementerio ha sido testigo de los cambios y desarrollos de Aguadilla a lo largo de los años. A través de sus monumentos y tumbas, ofrece una ventana a las historias de las familias locales, sus contribuciones a la comunidad y los eventos que han marcado la historia de la ciudad.

Aunque ya no se realizan entierros allí desde la construcción del cementerio municipal en el Barrio Calero, el Cementerio Urbano sigue siendo un lugar de gran importancia cultural. Los visitantes pueden recorrer sus senderos, reflexionando sobre la historia y el legado de quienes descansan allí, así como sobre la rica herencia de Aguadilla en general.

Es importante reconocer y agradecer a personas como la historiadora Haydee Reichard, cuyo arduo trabajo y dedicación han sido fundamentales para recopilar información sobre este cementerio histórico. Su conocimiento y compromiso con la preservación de la historia han enriquecido enormemente nuestra comprensión de la herencia cultural de Aguadilla y han asegurado que esta historia perdure para las generaciones futuras. Su labor es verdaderamente invaluable.